lunes, noviembre 26

Sueños para llevar

Lo que todos sabemos

Todos sabemos que los hombres buenos siempre pierden y que los malos siempre ganan, y aún así los buenos seguimos siendo buenos.

Todos sabemos que el capitán del Titanic le mintió a toda la tripulación y que Jack cabía en el pedazo de madera con Rose, y aún así seguimos viendo la maldita película.

Todos sabemos que el borracho siempre se cae y que el pacheco siempre ríe, y aún así seguimos tomando y fumando.

Todos sabemos que las maquinas del casino están arregladas para que nunca ganes, y aún así seguimos apostando.

Todos sabemos que los marcianos existen, y aún así seguimos sin creerle a Jaime Maussan.

Todos sabemos que el fútbol mexicano es un asco porque está arreglado, y aún así seguimos viéndolo y apoyando a nuestros equipos favoritos.

Todos sabemos que tenemos que llegar temprano a trabajar, y aún así seguimos durmiendo 5 minutitos más.

Todos sabemos que el mundo no se acabará en el 2012 como los Mayas predijeron, y aún así seguimos teniendo sexo como locos por si las dudas.

Todos sabemos que el mirarle “disimuladamente” las pompas o el escote a una mujer no funciona nunca, y aún así seguimos haciéndolo.

Todos sabemos que la belleza no es lo más importante, y aún así seguimos siendo especiales a la hora de elegir a quién besar.

Todos sabemos que el refrigerador está vacío después de ir 10 veces a comprobarlo, y aún así seguimos abriéndolo por onceava ocasión con la esperanza de que aparezca algo que no habíamos visto.

Todos sabemos que los pobres seguirán siendo pobres y que los ricos seguirán haciéndose más ricos, y aún así seguimos sentados en nuestro sillón.

Todos sabemos que la segunda parte de cualquier película siempre es mala, y aún así seguimos buscando nuevas oportunidades con nuestras ex-parejas.

Todos sabemos cómo se ve un hombre y una mujer desnudos, y aún así seguimos vistiéndonos a diario.

Todos sabemos que el sexo es de lo mejor que hay en este mundo, y aún así seguimos sin atrevernos a gozarlo día con día.

Todos sabemos que no somos inmortales, y aún así seguimos sin escribir.