lunes, julio 1

Sueños para llevar

Enfréntame
¿Y qué si me ahoga tu última respiración? ¿Qué más da si mi propio aliento me quema?
¿Acaso estás tan ciego como para no mirarme?
¿O soy yo el mudo que simplemente no se atreve a hablarte?
Observo tu espalda. Caminas y no pretendes detenerte. No pienso arrancarte la piel, ni destrozar tus mentiras.
Creo que nunca has sabido encontrar la salida. Ni yo.
No soy quién para invitarte a pecar.
No soy quién para ayudarte a olvidar.
¿Te das cuenta de que esta historia no tiene final?
Ni si quiera el principio ha sido real.
Vienes, corres, te vas, no vuelves, pero regresas.
Me quedo, te espero, me canso y me voy.
Escucha mi risa, es lo más cercano a una canción que puedo componerte. Observa mis pasos, es lo más lejano a un baile que intento enseñarte.
Mírame, maldita sea, mírame. 
Por una vez quédate y en verdad, permanece conmigo.
Sólo una vez cierra los ojos, destapa tus oídos.
Escucha el latido. Te dice te quiero, lo admito.
¿Por qué te cruzas de brazos como si tuvieras frío?
Acércate y siente que la única nieve son tus propios aullidos.
Deja de gritarme en la cara que de amor no sientes, entiende que ya no pienso creerte.
Si vas a decirme que no me quieres, dilo enserio. Si vas a irte entonces ¿a qué has venido?
Dime que no te importo. Hazlo. Atrévete después de besarme.
Ven y baila conmigo, muerde mi cuello y conozcamos la noche.
Después soy todo oídos. Adelante, dime que no me quieres.
Enfréntame. Esta vez de verdad. O aléjate. Esta vez sin regresar.