lunes, febrero 18

Sueños para llevar

¿Qué harás hoy?

¿Qué harás hoy mi amor?

¿Qué harás aparte de no pensar en mí? Aparte de ir por la vida marcando tus pasos, en vez de marcar tus besos en mi cuerpo.

¿Qué harás aparte de olvidarme cada vez un poco más? Aparte de dejarme aquí con los ojos cerrados esperando recordar cada poro de ti, recordando cada beso que nos dimos y seguro tú ya dejaste en el olvido.

Cada facción de tu cara en mi mente, me hace sentirte aquí… cada minuto lejos, me hace desearte más.

¿Qué harás esta mañana? ¿qué harás esta tarde? ¿qué harás esta noche? Todo es diferente ahora para mí.

Qué importa qué harás hoy, lo único que sé es que te extraño. Te extraño, extraño.

miércoles, febrero 6

Sueños para llevar


¡Advertencia!

    Advertencia Listo
Hola, ¿sabes? He escogido este momento para ser inoportuno. Hoy quisiera tener un teclado mágico que me ayudara a encontrar las palabras que te sorprendan, que casi te hagan sentir ganas de echarte a reír, pero de una vez TE ADVIERTO que esto se puede tornar un poco cursi, así que podrías detenerte aquí.
Últimamente me estaba volviendo loco tratando de darle sentido y significado a todo lo que hago, pero ya he decidido darle vacaciones a mi delirio. Y tratando de escarbar entre tanto archivo en mi cabeza, entre la cantidad enorme de detalles que almacenamos en la mente, no logro recordar exactamente cómo y cuándo fue que llegamos a ser amigos y es que una no guarda eso en el archivo de cosas a recordar para el futuro. Tal vez no hubo una fecha, tal vez sí. Y es que hay cosas así: espontáneas, súbitas y estocásticas.
Es agradable poder mirarte a los ojos y saber que entre tú y yo no hay secretos. Es una sensación difícil de explicar. Sé que te pongo tantas veces entre la espada y la pared, que consigo hacerte desesperar, lo sé. Y es que mi torpeza es tanta que no lo logro ver.
Eres el único que sabe lo pequeño que me siento en realidad. Has estado en los momentos en que me siento más miserable y en las batallas que he tenido que luchar. 
Me haces llorar tan a menudo, pero sé que realmente te preocupas por mí. Sé que me vigilas de cerca y yo trato de velar también por ti. ¡No te vayas lejos, sigue aquí!
Sé que a veces soy frío, ácido e hiriente y pido perdón por ser ignorante a veces y no darme cuenta de que eres una de las personas más generosas que conozco.
Has pasado madrugadas conmigo escuchándome, leyéndome o confesándome. Me has mostrado tus miedos solamente para demostrarme que comprendes los míos, incluso sabes lo que quiero decir cuando callo. Hasta conoces las mentiras que disfrazo en cada frase cuando bromeo y también sabes cuando tienes que tomarme en serio.
Las ocasiones en que me has visto llorar, me preguntas cómo son las sensaciones en el estómago, cuando alguien que no me conoce solamente se limitaría a preguntar el porqué de las lágrimas. Yo también te he visto llorar y esconderte y es ahí cuando me doy cuenta de que en eso me parezco mucho a ti. Sabes esperar pacientemente y hasta me regalas una sonrisa cuando no tiene sentido aparentar que todo está bien, sobre todo cuando se apodera de mí la loca idea de alejarme de ti.
Por momentos, hasta me enfurece que sepas ver a través de mí, pero sé que no necesito huír, ni correr, ni escorderme de ti.
TE ADVERTÍ que podía pasar, yo solamente quería salvarte de mí.
[Todos tenemos un amigo, un mejor amigo. Hace un par de meses escribí esto por él y para él.]