viernes, octubre 25
Punto Positivo
viernes, octubre 18
Punto Positivo
lunes, octubre 14
Sueños para llevar
Deja que el Sol nos despierte, y que desobedezcamos a la Luna cuando a dormir nos mande. Vamos a querernos.
viernes, octubre 11
Punto Positivo
martes, octubre 8
Kuriosidades
Como arruinan tu salud los Smartphones
La dependencia a los smartphones es una acción que cada día crece más y más, y es que el miedo a perderlo u olvidarlo en algún lado se convierte en una total pesadilla para los adictos a estos teléfonos inteligentes.
Según consigna La Tercera, los británicos son ahora tan dependientes de sus teléfonos celulares que un quinto de aquellos que posee ese tipo de tecnología chequea sus correos electrónicos en la cama, y cerca de la mitad (un 42%) lleva sus teléfonos de vacaciones a la playa. Además en el estudio se afirma que las mujeres tienden a padecer más ese tipo de ansiedad que los hombres.De acuerdo a un estudio publicado el 25 de agosto en Gran Bretaña, se indica que más de la mitad de los británicos sufre del llamado “Síndrome de Nomofobia”, que es el miedo a separarse del teléfono celular.
Mira a continuación la infografía para descubrir cómo el celular puede estropear tu bienestar físico y mental.
1. Audición: Escuchar música con los audífonos de tu celular u otro dispositivo en sí no te va a dejar sordo. Pero si subes el volumen de la música al máximo, las células de unos vellos diminutos que están dentro de tu oído pueden dañarse haciendo que pierdas tu nivel de audición.
2. Calambres: ¿Te duelen a veces los dedos y tus muñecas por la forma en la que tomas tu teléfono celular? A veces este dolor se puede convertir en fuertes calambres, causando una posible tendinitis, consigna el HuffPost.
3. Adicción: En el Reino Unido, un 66% de las personas encuestadas reconocieron que tenían miedo de perder o estar sin sus celulares. A esto se suma que el 50% de los jóvenes entre los 18 y 29 años usa sus celulares mientras está en el baño.
4. Radiación: Aunque no se ha comprobado, la Organización Mundial de Salud (OMS) considera que la radiación de los celulares podría causar cáncer.
5- Síndrome vibración fantasma: Se refiere a sentir que el celular está vibrando pero en la realidad, no lo está. Un estudio publicado en la revista “Computers in Human Behavior”, señala que 9 de cada 10 jóvenes sufren este síndrome.
6. Síndrome de abstinencia: Tal cual como la adicción al alcohol o las drogas, la abstinencia drástica a un celular provocaría efectos similares como ansiedad, inquietud y sensación de aislamiento.
7. Dolor de cuello: El tipeo excesivo puede provocar lo que CNN Health denominó como “text neck”. Esto se refiere al dolor en el cuello y los hombros que provoca el mirar siempre para bajo hacia el celular.
8. Germenes y bacterias: El celular está lleno de microbios que encuentras en tu baño. De hecho, el medio estadounidense “Wall Street Journal” informó que en 8 celulares analizados de una oficina, se encontró bacterias coliformes en ellos, que son bacterias del intestino.
9. Dormir mal: Casi el 75% de los estudiantes de la Universidad de Stanford, reconoció dormir con sus celulares en la cama en el 2010, lo que sería una muy mala noticia, ya que las luces LED de los smartphones afectaría la producción de melatonina haciendo que cueste más quedarse dormidos, consigna la revista Nature. (Bio Bio)
miércoles, octubre 2
Punto Positivo
Ven conmigo Wendy, ven conmigo a un lugar en el que nunca, nunca tendrás que preocuparte por cosas de adultos otra vez.
¿Y ahora?
¿Cuántas veces no vamos por ahí recordando una y otra vez, una y otra vez aquello que nos lastima? ¿Cuántas veces no guardamos todo aquello que al final termina por resultarnos pesado?
Vamos acumulando tantas cosas, y el equipaje es tan grande, que dejamos de ser ligeros. Y para volar, es preciso ser ligero.
Muy simple.
lunes, septiembre 30
Sueños para llevar
Cuando quisiste decir Te Amo porque el sentimiento quemaba desde el pecho, pero callaste; viéndole partir.
El momento que nunca existió donde caminabas bajo la lluvia, sólo por la fuerte tendencia que tenemos de huir.
La lágrima que te reprimiste o la carcajada que ahogaste.
Cuando gritaste en vez de escuchar, y cuando callaste en vez de gritar.
El día en el que decidiste que tu sueño y anhelo de vida no era tan viable y preferiste irte por otro camino, más sencillo; después de todo qué importa, tampoco está tan mal.
El momento en el que te engañaste creyendo que estabas bien en ese lugar, pero deseabas estar en otro.
El beso que no le diste porque qué iba a pensar de ti.
La vez que quisiste cantar en voz alta a media calle, pero no lo hiciste porque la gente se burlaría de ti.
Cuando preferiste alejarte en vez de pedir perdón.
Ese día que no luchaste porque no valía la pena.
El delicioso antojo que no comiste porque ibas a engordar.
Cuando fuiste inmune a una sonrisa, cuando fuiste insensible a una caricia.
Cuando te ofendiste en vez de ignorar un insulto.
El abrazo que no diste por miedo a que no te fueran a corresponder.
Las palabras que callaste en vez de darles sonido y decirlas a quien debiste.
La carta que jamás entregaste.
Esa vez que te levantaste temprano y no te detuviste a observar el amanecer.
lunes, julio 1
Sueños para llevar
¿Acaso estás tan ciego como para no mirarme?
¿O soy yo el mudo que simplemente no se atreve a hablarte?
Creo que nunca has sabido encontrar la salida. Ni yo.
No soy quién para invitarte a pecar.
No soy quién para ayudarte a olvidar.
¿Te das cuenta de que esta historia no tiene final?
Ni si quiera el principio ha sido real.
Vienes, corres, te vas, no vuelves, pero regresas.
Me quedo, te espero, me canso y me voy.
Mírame, maldita sea, mírame.
Por una vez quédate y en verdad, permanece conmigo.
Sólo una vez cierra los ojos, destapa tus oídos.
Escucha el latido. Te dice te quiero, lo admito.
¿Por qué te cruzas de brazos como si tuvieras frío?
Acércate y siente que la única nieve son tus propios aullidos.
Deja de gritarme en la cara que de amor no sientes, entiende que ya no pienso creerte.
Dime que no te importo. Hazlo. Atrévete después de besarme.
Ven y baila conmigo, muerde mi cuello y conozcamos la noche.
Después soy todo oídos. Adelante, dime que no me quieres.
lunes, junio 24
Sueños para llevar
viernes, junio 21
Kontroverzia
jueves, junio 20
Amor sin miedo. Atreverse a sentir
El amor siempre es amor. Aún cuando hay diferentes formas de expresarlo, sentirlo, entenderlo, recibirlo y dejarlo ir.
El amor es la energía que crea al universo, a esas galaxias en el silencio de nuestras soledades.
Es cosa de hombres, es cosa de mujeres. Pero sobre todo, es cosa de valientes. De quienes se atreven a volar más allá de sus miedos, a crecer más allá de sus sombras, a explotar más allá de sus cuerpos y a cantar cuando parece haberse acabado las notas.
El amor es una energía, es la fuerza de cohesión que une a las moléculas, que une miradas, sonrisas, caricias y sexos. Es el coche que pasa por la calle mojada en una tarde de lluvia y te sorprende salpicándote…
El amor es una química invencible. Es la fiesta de los sentidos, de dos labios, de dos miradas, dos cuerpos, dos manos, es el deseo de compartir tiempo y crear momentos.
El amor no se ve pero se siente, no se entiende pero se vive, no se juzga, no se esconde y no se vende.
El amor es algo que todos llevamos dentro y va creciendo en la medida en que nos atrevemos a sentirlo.
Amar es reconocernos en los ojos de otra persona y empezar a vivir en ellos. Es no olvidarnos de nosotros y descubrir lo mejor que tenemos.
Amar no es cosa del hombre, es cosa del cielo. De ese cielo en donde sopla el viento sin forma, sin color, sin límite y sin miedo.
Quisiera poder amar, armarme de valor y atreverme a sentirte…
De pronto en la madrugada, se me derramó la #LecheFria
viernes, abril 26
Punto positivo
lunes, abril 15
Sueños para llevar
Soy el día que nunca se apaga;
que siempre trabaja y nunca se cansa;
el día que hace tus días, la vida que cura heridas.
Soy la noche que nunca anochece;
que te cubre y te mira sin mirarte;
que se alimenta de insomnios y duerme con demonios;
la noche que siempre espera. Paciente. Serena.
Soy la canción que me lleva hacia ti;
que nunca se olvida, nunca termina.
Siempre con ritmo, con latidos, sin abismos;
La canción corta pero eterna. Completa. Me complementas.
También soy el aire que corre, golpea, te eleva, tumba y nos junta;
El aire que se lleva los miedos y trae deseos;
El aire que, más que aire, es tu presente.
Soy la poesía que no está escrita.
La rima que te anima;
El verso que te besa;
Las letras que te alteran y la hoja que te espera.
Soy el recuerdo que me hace cuerdo;
El pasado tan presente;
El futuro que no llega.
Pero sobre todo y contra todo, soy yo, tu otro tú.
lunes, marzo 18
Sueños para llevar
Respirarás. ¿Qué otra cosa puedes hacer? Ya no quedará nada.
Dolerá.
Asfixiará.
Si sobrevives o no dependerá de ti y de qué tanto aprendas a acariciar. ¿Estás listo? Ahora te voy a dar un abrazo y te daré la llave del único lugar en el que me podrás guardar; el olvido.
martes, marzo 5
Sueños para llevar
Yo no pienso cosas que no son, precisamente por eso estoy donde estoy, porque pienso lo que es. Fuera de asustarme al ver un poco la sombra de mis lentes cuando quieren empañarse, siento alivio: estoy vivo.
Un día prometí no volver a pasar por lo mismo, efectivamente, no eres lo mismo, pero ¡ah! como se siente igual este nudo. Podrá ser corta mi edad, pero todos los desenlaces, capítulos truncos, paréntesis sin cerrar y párrafos sin punto y aparte, tienen el mismo sabor… saben a mí, sí, desvelado, leyendo y escribiendo para ventilar mi propia mente.
Todo esto me hace pensar que tal vez no sea una persona normal, bueno, el tiempo para mí, tal vez sea relativo, vivo en un desfase constante: amo primero, quiero después, extraño siempre y olvido nunca.
lunes, febrero 18
Sueños para llevar
miércoles, febrero 6
Sueños para llevar
¡Advertencia!
Me haces llorar tan a menudo, pero sé que realmente te preocupas por mí. Sé que me vigilas de cerca y yo trato de velar también por ti. ¡No te vayas lejos, sigue aquí!
Has pasado madrugadas conmigo escuchándome, leyéndome o confesándome. Me has mostrado tus miedos solamente para demostrarme que comprendes los míos, incluso sabes lo que quiero decir cuando callo. Hasta conoces las mentiras que disfrazo en cada frase cuando bromeo y también sabes cuando tienes que tomarme en serio.
lunes, enero 28
Sueños para llevar
lunes, enero 21
Sueños para llevar
Hacer que suceda
martes, enero 15
Sueños para llevar
Me gusta soltarme el cabello para pensar en ti. Acostarme en la alfombra, sentirme descalzo, quererme expandir. Inventarme películas en el techo, inventarme que estás aquí. Querer que todo lo llene este sentimiento, que a todo lo que soy le llegues tú. Querer que tengas voz para arrullar a mis instintos, tiempo para darle rienda suelta a lo inocente, tiempo para darte cuenta que no debiste partir.
Yo no partí, no lo hice. Me quedé aquí, cerquita de la casualidad. Me quedé con todo y sin ti. Me quedé, y fue por eso que aprendí a ver. A veces las personas están demasiado cerca como para darse cuenta del todo. Y pasan desapercibidos. Y se extrañan, y se suspiran. Uno no puede ser eterno así porque sí, es demasiado como para no compartirlo con alguien, y si ese alguien se va de nada sirve ser eterno. Por eso te insistía que te quedaras. Por eso nos insistí.
Pero es que a veces el que insiste se hace esclavo de lo inútil, olvida rediseñarse, valerse de lo distinto para atraer un nuevo final. Tal vez ese fue el error, quise atraer un final cuando yo lo que buscaba era un continuo. Un continuo de tu risa, de tu piel, de ese camino de siempre en el parque. Un mañana que llegara con lo que ya se espera y aún así termine por sorprender. Por eso no insistí, acepté sin protestar que debía extrañarte y jamás me di a la tarea de salirte a buscar. Tal vez te encuentras al otro lado de la calle y yo sigo queriendo que me abrume la nostalgia, que se me oxide el para siempre con la saliva que ya no te moja las ganas, ni los labios, ni el corazón.
El que insiste es porque se sabe feliz con la otra persona y no es arrogancia, es compartirse las ganas. El que insiste se rediseña, cambia la táctica y se vuelve la táctica, no deja de querer con el mismo corazón enamorado. El que insiste ve en lo inútil una historia sin fin. Te soy continuo. Nunca pisé una grieta en forma de adiós, nunca. Y no lo voy a hacer, es lo bueno de seguir creyendo en la simpleza de las acciones. Lo que no sé, es si seguimos en el mismo hubiera, si seguimos en el tuyo. Porque yo intenté no dejar ninguno. Así soy, los hubieras no me gustan, por eso el amor es espontáneo, como un rayo, diría Cortázar. Si no saliste a buscarme tuviste tus razones, razones que se amarraron a tus pies. A lo mejor ya te las quitaste y quieres caminar, pero ahora no sé dónde me encuentro. Uno siempre anda moviéndose ¿sabes? Uno nunca deja de volar.
Me está ganando terreno lo fatal, lo incierto, lo de todos los días desde que no estás. La vida es ahora o demasiado tarde, y a mí el ahora se me está escurriendo entre el recuerdo. Ya ni compartimos el hubiera, ya ni sé de qué va. Sigo aquí, con el cabello suelto, descalzo, queriéndome expandir. Sigo sin una estrategia factible para el amor, esperando que me dé por convencerme que la intención lo es todo y que si este sentimiento es tanto como lo presumen mis letras, ya debería estar allá afuera, preguntando por ti.
…
Hoy salí por fin, temeroso de encontrarte volando con las mismas alas pero estrenando nubes; qué posibilidad tan jodida imaginarte más lejos de lo que ya te presuponía, qué lío y qué cuento tan digno de mi cabeza. Qué alivio saber que no fue así. Sentado de la misma manera en que te recordaba, estabas tú, mi coincidencia favorita. Le sonreías a tu taza de café como sabiendo que llegaría, le coqueteabas a la silla vacía como invitándome a pasar. Eras tú con tu cara de ya era hora, tus manos ansiosas, tus ojos tarareando, tu corazón enamorado. Eras tú ese NO rotundo de mis tardes en la alfombra, eras tú mi Nueva Oportunidad.
viernes, enero 11
Punto positivo
Imagina que tú y tu familia están dentro de una casa. Esta casa tiene cuatro ventanas, cada una dirigida hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales. Cuando algún miembro de la familia se asoma por alguna de estas ventanas percibe el mundo de manera única, completamente diferente a la de los demás. Ninguna de estas percepciones está bien o mal, sólo refleja una realidad. En la noche, todos se reúnen alrededor de la mesa para compartir lo que vieron, lo que sintieron y lo que pensaron de lo experimentado.
Como la percepción de cada quien forma una realidad, inevitablemente, en el transcurso de la conversación, cada cual expondrá su visión con el convencimiento absoluto de que habla sobre la verdad: su verdad. Por lo tanto, surgirán puntos de vista diferentes, discusiones que tendrán grandes probabilidades de derivar en conflictos y, quizás, en rupturas.
Así somos los seres humanos. Para el ego, nuestra opinión, nuestras creencias o ideas son posesiones mentales tan valiosas como las materiales. Y aceptar que no tenemos razón es como si alguien nos despojara de algo imprescindible para la supervivencia. Por lo que estamos dispuestos a defenderlas como fieras.
Nietzsche afirma que es más probable que una persona creyente mate a otra, a que lo haga una no creyente. El creernos únicos dueños de la verdad nos deshumaniza. El caso es que en la vida siempre hay personas que ven el mundo desde otra ventana, es una constante que, cuando no sabemos aceptarla, amenaza cualquier tipo de relación, ya sea que se trate de la relación entre padre e hijo, hermanos, amigos o compañeros de trabajo. Al respecto, una buena pregunta que hacernos es: ¿quiero tener la razón o ser feliz?
Como nuestra felicidad depende del estado de nuestras relaciones, comparto contigo, uno de los preceptos de la filosofía de Pitágoras, el filósofo y matemático griego del siglo V, según el cual, la realidad de todo lo existente es de naturaleza matemática.
Veamos: el universo se rige por un orden y una armonía. Esta relación regula todo el universo. Es así que lo que existe en el espacio, físicamente hablando, son puntos, líneas, superficies o cuerpos. Lo anterior tiene un valor matemático. Si al punto le añado un número, es un uno; si añado dos puntos es una raya; tres puntos forman un triángulo, por ende una superficie. Si a esta superficie le agrego un cuarto punto, se forma una cúspide, una figura sólida, un cuerpo. En fin, todo lo que conforma el universo es la suma de uno más dos, más tres y más cuatro.
Sin embargo, Pitágoras afirmaba que también en lo anímico, hay otras cosas que esencialmente tienen un valor numérico: el número uno, es el de la razón, porque sólo puedo tenerla cuando estoy solo. La razón le compete a la soledad. Mientras estoy solo, tengo la razón. El número dos es el número de la opinión, pues cuando ya hay otro, no puedo ser dueño absoluto de la razón. Lo cual quiere decir que en una relación humana son mi razón y tu razón las que hacen que surja la opinión. Si respetamos mi opinión y tu opinión, tendremos como resultado la justicia.
La justicia se representa por el número cuatro. Y cuando a través del respeto la relación se da en equidad entre mi justicia y tu justicia, surge el número ocho: el amor.
En suma, el amor en cualquier tipo de relación, se da, se basa y sólo puede crecer con el respeto y la justicia recíproca.
Sabiendo esto, vemos lo estéril e inútil que es caer en discusiones que deterioran cualquier tipo de relación. ¿Cuántas negociaciones se truncan por no asomarse a la vista que percibe el otro desde su ventana? ¿Cuántas guerras entre países se producen por no respetar y comprender que cada uno tiene su propia visión del mundo?
Sí, Pitágoras tiene la respuesta…