viernes, octubre 25

Punto Positivo

Todo es percepción

Ramón de cuatro años, agarrado del tubo dorado del caballito se limpia un par de veces las manos en el pantalón antes de que el carrusel comience a funcionar. Está nervioso. A distancia, el gran aparato lleno de luces, música, espejos y colores, lo ilusionó mucho. Sin embargo, ahora, arriba del caballo y en espera de que el juego arranque, el panorama se ve distinto.

De pie a su lado, le hago sentir que lo sostengo por la cintura. Ramón al inicio, no sonríe ni se suelta del tubo para saludar a sus papás que esperan afuera. A pocos minutos, ya saluda con dos manos y una gran sonrisa. Al detenerse el juego mecánico, quedó fascinado, “Me gustaría llevarme todo el carrusel a mi casa… pero no cabe”, me dijo. Me hizo prometerle que otro día regresaríamos para subirnos otra vez.

Ay Ramón  a mi me gustaría llevarme el mar a mi casa, pero tampoco cabe; me gustaría llevarme un atardecer a mi casa, o el campo completo cuando está verde, ¡pero no caben! “Ajá”, me decía tomado de mi mano mientras brincoteba de regreso al coche.

En cuestión de 15 minutos, su perspectiva sobre el Carrusel cambió varias veces; de Ilusión, a temor, a gozo y ahora a añoranza. Así es la vida…no hay acontecimientos, sólo percepciones. Para una persona miedosa, sólo habrá peligros en la vida. Para una persona optimista, sólo posibilidades. Quien tiene ojos de amor, buscará ver la belleza y la verdad en las cosas. Todo es percepción. Tu infancia es percepción. Las vacaciones fueron percepción. Ayer es percepción. La esperanza es percepción. El amor es percepción. Y ésta, entra por los sentidos.

El privilegio de poder ver, resulta de tener seis músculos delicados pero muy poderosos en los ojos que pueden realizar más de 100 mil movimientos al día. Iris, retina y nervios ópticos se organizan para enviar la información al cerebro a una velocidad asombrosa. Esto nos da, de acuerdo a los expertos la percepción de las cosas; sin embargo, bien visto esa información no es del todo física, es mental.

La primera ley de percepción es que ves lo que quieres ver. En 1961, el antropólogo Colin Turnbull, se dedicó a estudiar a los Pigmeos. Tomó a uno de ellos y lo sacó del bosque cerrado donde suelen vivir y lo llevó ante una gran planicie abierta en donde se podía ver una manada de búfalos a distancia. Nunca antes había visto cosa igual. Su vista no había sido expuesta a la profundidad de campo, por lo que no podía creer que fueran búfalos. “Deben de ser hormigas”, el pigmeo insistía.

Su percepción veía lo que estaba condicionado a ver. Lo mismo nos sucede todos los días. Tus ojos ven los objetos, pero tu mente es la que decide en qué enfocarse. Sólo hasta que te compras un coche rojo, notas la existencia de otros. Bueno, de hecho, no ves el mundo como es, lo que ves son tus pensamientos. Es por eso que percepción es proyección.

Esa es la diferencia entre una persona amargada y otra optimista. Es por eso que nunca se ponen de acuerdo sobre la visión de la vida. Uno no ve esperanza en nada, mientras el otro es exacto lo que ve. Y lo curioso es que de esta manera escogen su forma de vivir.

Siempre hay otra forma de ver las cosas. Partamos de que nuestros ojos parpadean alrededor de unas 25 veces por minuto, así que tenemos unas 25 oportunidades por minuto de ver las cosas de diferente modo. Así como un niño, que ante la misma experiencia cambia varias veces por completo su percepción; en nosotros está el elegir y vivir la vida que queremos.



No hay acontecimientos, sólo percepciones…

viernes, octubre 18

Punto Positivo

Cómo está tu influencia social

¿Qué tanta es tu influencia social?

¿Sabías que con sólo tres palabras la industria hotelera ha logrado que cada vez más personas colaboren con el reciclado de toallas y el cuidado del ambiente? ¿Sabes cuáles son esas tres palabras? Conocerlas no sólo ayuda a los hoteleros, sino a cualquiera de nosotros que busque persuadir, sin importar a qué nos dediquemos.

Todos los días nos enfrentamos al reto de conmover a otros para lograr lo que deseamos. Esto se refiere tanto a la mamá que busca convencer al hijo para se coma el brócoli o al adolescente que quiere un permiso de los papás, como al candidato que busca un voto o al vendedor de un producto o servicio.

En los últimos años, varios científicos han estudiado cómo obtener un “sí” de las personas. Me pareció interesante leer uno de tantos experimentos realizados al respecto en el libro YES! 50 secrets from the science of persuasion, de Noah J. Goldstein, Steve J. Martin y Robert B. Cialdini, y que a continuación comparto.

Se trata del poder que tiene lo que en psicología social se conoce como “influencia social”, una poderosa herramienta que los mercadólogos conocen muy bien y que, sin embargo, muchos desconocemos, en especial ignoramos su peso en nuestra toma de decisiones.

¿Qué es la influencia social?

En pocas palabras se refiere a cuando una persona duda si llevar o no a cabo una acción y busca fuera de sí misma para ver lo que otros hacen, asumiendo que las demás saben más que él, para así guiar su decisión.

Existen cientos de experimentos que comprueban ese mecanismo. En uno de ellos el asistente de un investigador salió a las calles de Nueva York y volteó a ver el cielo durante 60 segundos. La mayoría de la gente lo rebasaba sin hacerle el menor caso, pero cuando se agregaron cuatro personas más, de inmediato se aglomeró un buen número de personas para “ver” aquello que los otros veían.

Otro ejemplo de esa conducta es el incremento de las ventas de los productos anunciados en los infomerciales cuando en su publicidad sustituyeron las palabras “llame ahora, nuestras operadoras esperan su llamada”, por “si marca y está ocupado, por favor insista”.

Lo curioso es que cuando se les pregunta a las personas si la conducta de otros influye en la suya, lo niegan rotundamente.

Regresemos a la tarjeta de hotel que invita al reciclado de toallas. Con seguridad te has encontrado una de ellas. ¿Qué te motiva a colaborar en dicha misión? ¿El apoyo al medio ambiente? ¿El respeto a la naturaleza? En la superficie, esa es la razón que a todos motiva, o al menos a algunas personas al menos una vez durante su estancia.

Para demostrar el poder de la influencia social y con la colaboración del personal de un hotel, el profesor Cialdini, reconocido líder en el tema, y su grupo hicieron dos tipos de tarjetas que se colocaron en diferentes cuartos. La primera reflejaba el típico mensaje de “salvemos el planeta” e invitaba a los huéspedes a participar en el proyecto. En la segunda se le agregó “casi 75 por ciento de huéspedes ayuda al usar su toalla más de una vez”.

El resultado a la primera tarjeta fue la colaboración del 20 por ciento. Y cuando se especificó que otros huéspedes habían colaborado con el programa, el impacto se elevó al 33 por ciento.

Pues bien, ahora ya sabes que las tres palabras que deben estar implícitas en cualquier mensaje que busque persuadir son: “otros lo hacen”.

lunes, octubre 14

Sueños para llevar

Mis ganas
Qué ganas de convertirme en viento, ser ligero y no pesarle a tu mirada.
Ganas de encontrar mi propia valentía, dejar de correr en círculos, creyendo que huyo del destino, que logro burlar su camino, pero al final sólo vuelvo al mismo sitio.
Qué ganas de llorar. ¡Qué malditas ganas de llorar! Ser fuerte todo el tiempo resulta cansado. Déjame ser frágil a tu lado, déjame ser suave entre tus brazos.
Quiero volver a sentirme enamorado, que el corazón se me salga del pecho cuando tus ojos me miren, que mi piel se ponga a temblar cuando a mí te acerques, que mis pies tengan que pararse sobre los tuyos para poder besarte. Déjame quererte.
Deja que el Sol nos despierte, y que desobedezcamos a la Luna cuando a dormir nos mande. Vamos a querernos.
Rompamos reglas juntos.
Qué ganas de beberte la locura, de que me suden las palmas de mis manos, de que mi respiración se agite, y de que me cueste tranquilizar la sonrisa que provocas
Te estoy invitando a un amor sin tiempos, sin títulos, ni etiquetas. Te estoy invitando a ser el protagonista de mis novelas, el culpable de que mis alegrías, el monstruo al que mis miedos le teman.
Qué ganas de que subas la temperatura cuando haga frío, y de que mi boca nunca esté quieta. Quiero encontrar ese punto creativo, que consiga inspirar mi obra maestra.
Te invito a querernos un poco, a jugarle con fuego a la vida.
La mejor historia de todas y que podamos decir ¡qué dicha, esa historia es la mía!

viernes, octubre 11

Punto Positivo

A que sí puedes comer sólo una


¿Recuerdas esa frase del comercial de papas fritas: “A que no puedes comer sólo una”? Todos hemos comprobado que basta probar una, para entrar en una especie de trance impulsivo e inconsciente que nos lleva a ver el fondo de la bolsa en menos de cinco minutos. Lo mismo sucede con las galletas, los refrescos, las donas o las palomitas: terminas comiendo o tomando mucho más de lo planeado aún sin tener hambre o sed.

Y claro, el auto reclamo y el remordimiento por la escasa fuerza de voluntad llegan en tres momentos: a) junto con la sensación de pesadez en el estómago, b) al pararnos sobre la báscula, c) o al ver el reporte del laboratorio que nos indica índices elevados en niveles que quisiéramos mantener bajos.

¿Y qué pasó con la fuerza de voluntad? Pues te platico, que no es del todo un asunto de voluntad, sino de mecanismos biológicos específicos que nos llevan a conductas adictivas, y funcionan de la misma manera en los adictos a la heroína o al alcohol. Nadie elige ser adicto a los productos procesados con grandes cantidades de azúcar, grasa o sal combinadas de tal manera que llegan a ser tan poderosos como cualquier droga. ¿Por qué estos trances frenéticos de consumo no sucederán al comer brócoli, zanahorias o manzanas?

De acuerdo con el doctor Mark Hyman, en su libro The Blood Sugar Solution, estas conductas surgen de centros primitivos de recompensas neuroquímicas en el cerebro que interfieren con la fuerza de voluntad y, en el caso de la adicción a alimentos, ahogan las señales normales que controlan el hambre.

Es por lo anterior que le cuesta tanto trabajo a las personas obesas bajar de peso, a pesar del estigma social y las repercusiones en la salud, con padecimientos como presión alta, diabetes, enfermedades de corazón, artritis e incluso cáncer. Su manera de comer no obedece a que quieran estar gordas o no les importe; se debe a que están biológicamente enganchadas a desear estos productos y los consumen tanto como les es posible.

Si bien hay personas genéticamente predispuestas a desarrollar dichas conductas, también podemos volver –o ya hemos vuelto– adictos a los niños, creándoles grandes problemas de salud a través de los hábitos de consumo.

Aquí algunos descubrimientos científicos que confirman lo expuesto.

1. El azúcar estimula los centros de placer y recompensa a través de neurotransmisores de dopamina, exactamente de la misma manera que cualquier droga adictiva.

2. Imágenes del cerebro muestran que productos con alto contenido de azúcar y grasas trabajan en el cerebro igual que la heroína, el opio o la morfina.

3. Imágenes del cerebro muestran que la gente obesa y los adictos a las drogas tienen menos receptores de dopamina, lo que la hace más susceptible a desear cosas que eleven la dopamina.

4. La gente desarrolla una tolerancia al azúcar, que la hace necesitar más y más para satisfacerse; esto también sucede con el alcohol.

5. Las personas y los animales experimentan “síntomas de supresión” cuando se les limita el azúcar, igual que un adicto en proceso de desintoxicación.

6. Las calorías líquidas de los refrescos son las más adictivas.

7. Cada refresco que un niño consume, incrementa 60 por ciento su riesgo de ser obeso.

¿Por qué correr tantos riesgos? ¡Tan ricas y sanas que son las frutas, las verduras y el agua! Además, puedes consumirlas con libertad y sin remordimiento alguno. Te invito a aprender y enseñar hábitos de alimentación que nos permitan estar saludables.

martes, octubre 8

Kuriosidades


Como arruinan tu salud los Smartphones


La dependencia a los smartphones es una acción que cada día crece más y más, y es que el miedo a perderlo u olvidarlo en algún lado se convierte en una total pesadilla para los adictos a estos teléfonos inteligentes.

Según consigna La Tercera, los británicos son ahora tan dependientes de sus teléfonos celulares que un quinto de aquellos que posee ese tipo de tecnología chequea sus correos electrónicos en la cama, y cerca de la mitad (un 42%) lleva sus teléfonos de vacaciones a la playa. Además en el estudio se afirma que las mujeres tienden a padecer más ese tipo de ansiedad que los hombres.De acuerdo a un estudio publicado el 25 de agosto en Gran Bretaña, se indica que más de la mitad de los británicos sufre del llamado “Síndrome de Nomofobia”, que es el miedo a separarse del teléfono celular.

Pero la adicción no es la única forma en la que tu iPhone, Android o cualquier otro smartphone afectan tu vida. De hecho, utilizar en exceso un teléfono inteligente, puede causar daños a la salud.

Mira a continuación la infografía para descubrir cómo el celular puede estropear tu bienestar físico y mental.

1. Audición: Escuchar música con los audífonos de tu celular u otro dispositivo en sí no te va a dejar sordo. Pero si subes el volumen de la música al máximo, las células de unos vellos diminutos que están dentro de tu oído pueden dañarse haciendo que pierdas tu nivel de audición.

2. Calambres: ¿Te duelen a veces los dedos y tus muñecas por la forma en la que tomas tu teléfono celular? A veces este dolor se puede convertir en fuertes calambres, causando una posible tendinitis, consigna el HuffPost.

3. Adicción: En el Reino Unido, un 66% de las personas encuestadas reconocieron que tenían miedo de perder o estar sin sus celulares. A esto se suma que el 50% de los jóvenes entre los 18 y 29 años usa sus celulares mientras está en el baño.

4. Radiación: Aunque no se ha comprobado, la Organización Mundial de Salud (OMS) considera que la radiación de los celulares podría causar cáncer.

5- Síndrome vibración fantasma: Se refiere a sentir que el celular está vibrando pero en la realidad, no lo está. Un estudio publicado en la revista “Computers in Human Behavior”, señala que 9 de cada 10 jóvenes sufren este síndrome.

6. Síndrome de abstinencia: Tal cual como la adicción al alcohol o las drogas, la abstinencia drástica a un celular provocaría efectos similares como ansiedad, inquietud y sensación de aislamiento.

7. Dolor de cuello: El tipeo excesivo puede provocar lo que CNN Health denominó como “text neck”. Esto se refiere al dolor en el cuello y los hombros que provoca el mirar siempre para bajo hacia el celular.

8. Germenes y bacterias: El celular está lleno de microbios que encuentras en tu baño. De hecho, el medio estadounidense “Wall Street Journal” informó que en 8 celulares analizados de una oficina, se encontró bacterias coliformes en ellos, que son bacterias del intestino.

9. Dormir mal: Casi el 75% de los estudiantes de la Universidad de Stanford, reconoció dormir con sus celulares en la cama en el 2010, lo que sería una muy mala noticia, ya que las luces LED de los smartphones afectaría la producción de melatonina haciendo que cueste más quedarse dormidos, consigna la revista Nature. (Bio Bio)

SantiContreras

miércoles, octubre 2

Punto Positivo

Peter Pan
Ven conmigo Wendy, ven conmigo a un lugar en el que nunca, nunca tendrás que preocuparte por cosas de adultos otra vez.
Ahí estamos todos, queriendo ser felices pero tropezándonos con nuestras propias acciones y pensamientos que al final de cuentas, son lo único que nos lo impide. Queremos ser felices pero aprendemos a dejar de llorar, a callar y a obedecer. Nos olvidamos de soñar en grande, dejamos de vestirnos de Superman, Spider Man, Batman, Sailor Moon, o un simple Power Ranger y así, dejamos de combatir contra el mal para salvar al mundo. No nos avergonzábamos de nuestros gustos, queríamos algo, lo pedíamos y ya. Cuando algo dolía, llorábamos para desahogarnos y a la hora siguiente, éramos capaces de reír. No nos clavábamos en lo que dolía, lo dejábamos ir porque en la lógica más pura e inocente, aquello se interponía en la relación yo-felicidad.
¿Y ahora?
¿Cuántas veces no vamos por ahí recordando una y otra vez, una y otra vez aquello que nos lastima? ¿Cuántas veces no guardamos todo aquello que al final termina por resultarnos pesado?
Vamos acumulando tantas cosas, y el equipaje es tan grande, que dejamos de ser ligeros. Y para volar, es preciso ser ligero.
Peter PanCrecer no debería de ser sinónimo de dejar de ser niño. De hecho estoy convencido de que son los niños los más grandes en el mundo. ¿Pero cuándo se deja de ser niño? ¿Cómo saber si nos estamos alejando de esa niñez?
Muy simple.
1. Cuando escuchamos lo que dicen los demás, y no lo que nos dicen nuestros propios deseos.
2. Cuando dejamos de creer que las cosas son posibles.
3. Cuando nuestros problemas son más grandes que nuestra imaginación.
4. Cuando dejamos de pedir con fuerzas aquello con que verdad queremos.
5. Cuando las normas sociales se sobreponen a nuestros instintos.
Y es que, si me lo preguntan, sí hay una fórmula para ser feliz, la descubrió J.M. Barrie y es precisamente Peter Pan, es decir, nunca dejar de ser niño.

lunes, septiembre 30

Sueños para llevar

Fragmentos
Nos hemos perdido, pero aún recuerdo el mundo. Te recuerdo a ti, aunque jamás te haya conocido.Recuerdo tantas cosas…
Aquella sonrisa que le negaste a tu madre porque te enfadaste con ella, ¿la razón? ¿qué más da?. Ya no importa.
Cuando quisiste decir Te Amo porque el sentimiento quemaba desde el pecho, pero callaste; viéndole partir.
El momento que nunca existió donde caminabas bajo la lluvia, sólo por la fuerte tendencia que tenemos de huir.
La lágrima que te reprimiste o la carcajada que ahogaste.
Cuando gritaste en vez de escuchar, y cuando callaste en vez de gritar.
El día en el que decidiste que tu sueño y anhelo de vida no era tan viable y preferiste irte por otro camino, más sencillo; después de todo qué importa, tampoco está tan mal.
El momento en el que te engañaste creyendo que estabas bien en ese lugar, pero deseabas estar en otro.
El beso que no le diste porque qué iba a pensar de ti.
La vez que quisiste cantar en voz alta a media calle, pero no lo hiciste porque la gente se burlaría de ti.
Cuando preferiste alejarte en vez de pedir perdón.
Ese día que no luchaste porque no valía la pena.
El delicioso antojo que no comiste porque ibas a engordar.
Cuando fuiste inmune a una sonrisa, cuando fuiste insensible a una caricia.
Cuando te ofendiste en vez de ignorar un insulto.
El abrazo que no diste por miedo a que no te fueran a corresponder.
Las palabras que callaste en vez de darles sonido y decirlas a quien debiste.
La carta que jamás entregaste.
Esa vez que te levantaste temprano y no te detuviste a observar el amanecer.
Todos esos momentos, son fragmentos de vida, fragmentos perdidos de nosotros mismos que dejamos escapar hasta deajarnos vacíos, fragmentos que se desvanecen con el tiempo, que contaminan nuestro viento, y nos ahogan los pulmones, las ganas de respirar, llenando nuestro entorno de amargura y miseria. Esta es la única vida que tenemos para bailar.
Aún me acuerdo del mundo, ese bello mundo lleno de colores que se fue marchitando conforme su gente se iba olvidando de vivir…

lunes, julio 1

Sueños para llevar

Enfréntame
¿Y qué si me ahoga tu última respiración? ¿Qué más da si mi propio aliento me quema?
¿Acaso estás tan ciego como para no mirarme?
¿O soy yo el mudo que simplemente no se atreve a hablarte?
Observo tu espalda. Caminas y no pretendes detenerte. No pienso arrancarte la piel, ni destrozar tus mentiras.
Creo que nunca has sabido encontrar la salida. Ni yo.
No soy quién para invitarte a pecar.
No soy quién para ayudarte a olvidar.
¿Te das cuenta de que esta historia no tiene final?
Ni si quiera el principio ha sido real.
Vienes, corres, te vas, no vuelves, pero regresas.
Me quedo, te espero, me canso y me voy.
Escucha mi risa, es lo más cercano a una canción que puedo componerte. Observa mis pasos, es lo más lejano a un baile que intento enseñarte.
Mírame, maldita sea, mírame. 
Por una vez quédate y en verdad, permanece conmigo.
Sólo una vez cierra los ojos, destapa tus oídos.
Escucha el latido. Te dice te quiero, lo admito.
¿Por qué te cruzas de brazos como si tuvieras frío?
Acércate y siente que la única nieve son tus propios aullidos.
Deja de gritarme en la cara que de amor no sientes, entiende que ya no pienso creerte.
Si vas a decirme que no me quieres, dilo enserio. Si vas a irte entonces ¿a qué has venido?
Dime que no te importo. Hazlo. Atrévete después de besarme.
Ven y baila conmigo, muerde mi cuello y conozcamos la noche.
Después soy todo oídos. Adelante, dime que no me quieres.
Enfréntame. Esta vez de verdad. O aléjate. Esta vez sin regresar.

lunes, junio 24

Sueños para llevar

Palabras de amor

Mientras el sol siga quemando los días, y la noche siga pintándonos de sueño. Mientras las estrellas nos parezcan lejanas y la luna juegue al escondite, yo estaré aquí. Mientras los niños sigan naciendo inocentes y los amores rotos sigan causando dolor. Mientras los pájaros sigan tarareando canciones, yo estaré aquí.


Y quizás no sepa lo que es una promesa, ni tenga idea de cómo hacer a los días cantar, quizás no sepa de qué se trate esta vida, ni cómo la misma vaya a terminar. Pero estoy aquí.
Aquí estoy porque tus silencios y sonidos en forma de risa alumbran mi ser, porque quererte es algo de lo que sí he escuchado hablar, los latidos dentro de mí me cuentan que aprendí a sentir. Aprendí a amar.


Me enseñas a caminar, a brincar sobre los charcos y alcanzar las nubes de pronto. Pincharlas con el dedo índice y conseguir que el cielo se caiga sobre nosotros. La lluvia nos baila, eso es. Es un escenario para los dos. Y soy yo quien camina y recorre tu esencia, soy yo el primero en mirarte al despertar. El que brilla cuando lo acaricias, el que se marchita cuando te vas. Estoy aquí porque decidiste quedarte, estoy porque decidí que eres mi lugar, porque cada café por la mañana no es lo mismo si tu sonrisa no está. 


Mientras los árboles sigan cambiando de color en otoño, y el mar continúe haciendo a las olas al bailar. Mientras los gatos sigan cayendo de pie, yo aquí voy a estar. Mientras el viento siga silbando y las películas tengan créditos al final. Mientras se sigan tocando los pianos, mi amor, yo aquí voy a estar.


Quizás no sepa cuánto dure la vida, ni cómo al tiempo es que le gusta andar, quizás ignore un montón de cosas perdidas, que nunca nadie ha sabido encontrar. Y tal vez no sepa nada, y puede que olvide cómo bailar, pero mientras el mundo siga girando, mientras vivamos dentro de él, cariño, yo aquí voy a estar.

viernes, junio 21

Kontroverzia

Carta abierta a mi amigo hetero

¡Hola gente!


Soy de esos gays que siempre sufren en manos de un hetero, si por querer o sin querer, sea un amigo o un hetero que me guste, siempre termino sufriendo o sintiéndome incómodo por causa del hetero. Entonces decidí hacer esta carta abierta para mis amigos heteros, se las voy a mostrar a mis amigos para que ellos la muestren a las suyos, y así intentemos disminuir estos problemas con ellos:

Querida amigo hetero:


No eres mi único amigo hetero y quizás yo sea tu único amigo gay, así que quiero aclarar contigo unas cosas:


- Yo no estoy esperando algo de tí, en serio, no estoy queriendo estar encima de ti cuando te trato bien, no quiero contigo.


- Yo no tengo la obligación de elevar tu autoestima, entonces deja de hacer comentarios para que te diga cosas lindas.


- Soy gay, no soy una mujer… ya basta de dejar afuera las cosas "de niños" como si eso estuviera bien.


- Yo soy tu amigo, y estaré ahí cuando lo necesites. A pesar de repetirte que la misma mujer que ya en varias ocasiones te he dicho que no te merece.


- No, no pienso como mujer


- Si piensas que seria una buena idea, o tienes deseo de estar con una chico, no es aceptable que en cualquiera de tus hipótesis, realices estrategias para que luego yo me sienta "ofendido" si haces algo.


- Si eres un hetero que tiene estrategias para que un gay caiga rendido de amor ante ti, eso no es aceptable… mucho menos sabiendo todos los defectos de su amigo gay y que de seguro dirás la frase maldita "tienes todo lo que quiero en una persona, sólo que no tienes vagina".


- En serio, NO me falta nada.


Vamos a mejorar nuestra relación con nuestros amigos heteros… ayúdalos, instúyelos, muéstrales esta carta para que ningun amigo hetero te haga sufrir.


PD. una amigo hetero sí puede salir con su amigo gay el día de San Valentín o cualquier otro día que no se haga el hetero-gay.

jueves, junio 20

Amor sin miedo. Atreverse a sentir

El amor siempre es amor. Aún cuando hay diferentes formas de expresarlo, sentirlo, entenderlo, recibirlo y dejarlo ir.

El amor es la energía que crea al universo, a esas galaxias en el silencio de nuestras soledades.

Es cosa de hombres, es cosa de mujeres. Pero sobre todo, es cosa de valientes. De quienes se atreven a volar más allá de sus miedos, a crecer más allá de sus sombras, a explotar más allá de sus cuerpos y a cantar cuando parece haberse acabado las notas.

El amor es una energía, es la fuerza de cohesión que une a las moléculas, que une miradas, sonrisas, caricias y sexos. Es el coche que pasa por la calle mojada en una tarde de lluvia y te sorprende salpicándote…

El amor es una química invencible. Es la fiesta de los sentidos, de dos labios, de dos miradas, dos cuerpos, dos manos, es el deseo de compartir tiempo y crear momentos.

El amor no se ve pero se siente, no se entiende pero se vive, no se juzga, no se esconde y no se vende.

El amor es algo que todos llevamos dentro y va creciendo en la medida en que nos atrevemos a sentirlo.

Amar es  reconocernos en los ojos de otra persona y empezar a vivir en ellos. Es no olvidarnos de nosotros y descubrir lo mejor que tenemos.

Amar no es cosa del hombre, es cosa del cielo. De ese cielo en donde sopla el viento sin forma, sin color, sin límite y sin miedo.

Quisiera poder amar, armarme de valor y atreverme a sentirte…

De pronto en la madrugada, se me derramó la #LecheFria

@salvadornop


viernes, abril 26

Punto positivo


Saber decir las cosas

No cabe duda que hay momentos en la vida donde verdaderamente nos es muy difícil decirle algo a una persona.
Por ejemplo: tienes que despedir a un compañero de trabajo, tienes que decirle a tu pareja lo mucho que te molesta algo que hace con frecuencia, o quizá tienes que negarle a tu hijo ese permiso que para él significa todo.
De antemano sabemos que tenemos que decir esto con todo el tacto del mundo, pero Cómo hacerlo sin herir sentimientos, sin exaltarnos y sin perder los estribos.
Sí solo confiamos en nuestro "instinto natural" para sacar el problema adelante sin prepararnos bien, lo más seguro es que escale a disgusto, lo mejor es preparar un guión.
Comparto contigo una fórmula muy probada y muy eficiente creada por los expertos en comunicación asertiva que se llama el guión DEEC.
Muestra las iniciales de los 4 pasos a seguir, los cuales todos nos deberíamos de aprender de memoria.
1.- Describe: Describe exactamente cual es la conducta que te molesta en la forma más simple, objetiva y específica posible además viéndolo a los ojos. Por ejemplo: "ayer llegaste a las 4 de la madrugada y no avisaste por teléfono como habíamos quedado". Hasta aquí la persona tiene pocas bases para discutir, simplemente se está describiendo el problema sin acusarlo de nada.
2.- Expresa: Expresa lo que sientes y piensas de tu conducta. Podemos usar palabras como "Me siento muy inquieto cuando" o "tengo la sensación de" o esto "me hace pensar que", expresarlo con claridad y moderación, sin ser sarcástico ni armale ningún drama, "cuando haces esto me preocupo mucho por tu seguridad por que te hayas podido accidentar, etc".
Aquí las palabras clave son, "me preocupe" "tengo" y "yo pienso" estas palabras describen como yo me siento cuando tu haces algo, esto no provoca enojo en el otro, al contrario apelan a su comprensión.
3.- Especifica: Ya que le describimos lo que nos molesta, que le dijimos como nos sentimos, el tercer paso es pedir claramente una conducta diferente, por ejemplo: "te pido que cuando salgas de noche siempre llames por teléfono para que yo esté tranquilo" y OJO, hay que pedir una sola cosa a la vez, porque las investigaciones han demostrado que los mejores resultados se obtienen cuando pedimos una sola cosa a la vez.
Ahora que las palabras que usemos deben ser concretas y muy específicas, sí pedimos un cambio vago de actitud o de personalidad sin especificar claramente que quiero, como por ejemplo: "es que me gustaría que fueras más considerado", la otra persona no sabe que es ser considerado y así queda flotando en el aire lo que la otra persona entiende por ello.
4.- Consecuencias: en este punto es importante que le menciones cuáles serían las consecuencias tanto positivas como negativas en caso de que cumpla lo que le pides y siempre es mejor plantearlas de manera positiva, por ejemplo "Me gustaría poder seguir teniéndote la confianza de siempre" esto es mucho mejor que llenarlo de amenazas como "es que te voy a dejar" o "ya no te voy a tener confianza".
Así que en esos momentos difíciles en los cuales tenemos que tocar ese punto sensible, incómodo o delicado, ya sea. Tu hijo, tu pareja o un compañero de trabajo, no olvides preparan muy bien tu guión DEEC, Describe, Expresa, Explica y las Consecuencias le quedarán muy claras.

lunes, abril 15

Sueños para llevar

Tu otro tú.
Soy el día que nunca se apaga;

que siempre trabaja y nunca se cansa;

el día que hace tus días, la vida que cura heridas.



Soy la noche que nunca anochece;

que te cubre y te mira sin mirarte;

que se alimenta de insomnios y duerme con demonios;

la noche que siempre espera. Paciente. Serena.



Soy la canción que me lleva hacia ti;

que nunca se olvida, nunca termina.

Siempre con ritmo, con latidos, sin abismos;

La canción corta pero eterna. Completa. Me complementas.



También soy el aire que corre, golpea, te eleva, tumba y nos junta;

El aire que se lleva los miedos y trae deseos;

El aire que, más que aire, es tu presente.



Soy la poesía que no está escrita.

La rima que te anima;

El verso que te besa;

Las letras que te alteran y la hoja que te espera.



Soy el recuerdo que me hace cuerdo;

El pasado tan presente;

El futuro que no llega.

Pero sobre todo y contra todo, soy yo, tu otro tú.

lunes, marzo 18

Sueños para llevar

Un adiós que duela
Me alejaré y dejarás de besarme. Tus dientes se irán cayendo uno a uno, mientras yo me voy arrancando tus recuerdos. Vas a querer correr muy rápido y tus latidos se harán lentos. No podrás alcanzarme y yo jamás podré volver a mirarte.
Serán de esos pequeños hechos casi imposibles que se borrarán con el agua del tiempo.
Respirarás. ¿Qué otra cosa puedes hacer? Ya no quedará nada.
Encontrarás mi ropa rota al pie de tu cama pues yo podré caminar desnudo bajo una sombrilla, siendo invisible ante la gente. Nadie me verá, nadie más que aquel par de personas que se atrevan a abrir sus ojos. Pero tú, te quedarás ciego. ¿O es que no lo estás ya? Te sangrarán las pupilas al intentar mirar la silueta del amor desvanecido que jamás volverá.
Dolerá.
Asfixiará.
Si sobrevives o no dependerá de ti y de qué tanto aprendas a acariciar. ¿Estás listo? Ahora te voy a dar un abrazo y te daré la llave del único lugar en el que me podrás guardar; el olvido.


Tomado de Solo un recuerdo http://perfecta-imperfexion.blogspot.mx/2012/02/me-alejo.html

martes, marzo 5

Sueños para llevar

Cosas.

Yo no pienso cosas que no son, precisamente por eso estoy donde estoy, porque pienso lo que es. Fuera de asustarme al ver un poco la sombra de mis lentes cuando quieren empañarse, siento alivio: estoy vivo.

Un día prometí no volver a pasar por lo mismo, efectivamente, no eres lo mismo, pero ¡ah! como se siente igual este nudo. Podrá ser corta mi edad, pero todos los desenlaces, capítulos truncos, paréntesis sin cerrar y párrafos sin punto y aparte, tienen el mismo sabor… saben a mí, sí, desvelado, leyendo y escribiendo para ventilar mi propia mente.

Todo esto me hace pensar que tal vez no sea una persona normal, bueno, el tiempo para mí, tal vez sea relativo, vivo en un desfase constante: amo primero, quiero después, extraño siempre y olvido nunca.

lunes, febrero 18

Sueños para llevar

¿Qué harás hoy?

¿Qué harás hoy mi amor?

¿Qué harás aparte de no pensar en mí? Aparte de ir por la vida marcando tus pasos, en vez de marcar tus besos en mi cuerpo.

¿Qué harás aparte de olvidarme cada vez un poco más? Aparte de dejarme aquí con los ojos cerrados esperando recordar cada poro de ti, recordando cada beso que nos dimos y seguro tú ya dejaste en el olvido.

Cada facción de tu cara en mi mente, me hace sentirte aquí… cada minuto lejos, me hace desearte más.

¿Qué harás esta mañana? ¿qué harás esta tarde? ¿qué harás esta noche? Todo es diferente ahora para mí.

Qué importa qué harás hoy, lo único que sé es que te extraño. Te extraño, extraño.

miércoles, febrero 6

Sueños para llevar


¡Advertencia!

    Advertencia Listo
Hola, ¿sabes? He escogido este momento para ser inoportuno. Hoy quisiera tener un teclado mágico que me ayudara a encontrar las palabras que te sorprendan, que casi te hagan sentir ganas de echarte a reír, pero de una vez TE ADVIERTO que esto se puede tornar un poco cursi, así que podrías detenerte aquí.
Últimamente me estaba volviendo loco tratando de darle sentido y significado a todo lo que hago, pero ya he decidido darle vacaciones a mi delirio. Y tratando de escarbar entre tanto archivo en mi cabeza, entre la cantidad enorme de detalles que almacenamos en la mente, no logro recordar exactamente cómo y cuándo fue que llegamos a ser amigos y es que una no guarda eso en el archivo de cosas a recordar para el futuro. Tal vez no hubo una fecha, tal vez sí. Y es que hay cosas así: espontáneas, súbitas y estocásticas.
Es agradable poder mirarte a los ojos y saber que entre tú y yo no hay secretos. Es una sensación difícil de explicar. Sé que te pongo tantas veces entre la espada y la pared, que consigo hacerte desesperar, lo sé. Y es que mi torpeza es tanta que no lo logro ver.
Eres el único que sabe lo pequeño que me siento en realidad. Has estado en los momentos en que me siento más miserable y en las batallas que he tenido que luchar. 
Me haces llorar tan a menudo, pero sé que realmente te preocupas por mí. Sé que me vigilas de cerca y yo trato de velar también por ti. ¡No te vayas lejos, sigue aquí!
Sé que a veces soy frío, ácido e hiriente y pido perdón por ser ignorante a veces y no darme cuenta de que eres una de las personas más generosas que conozco.
Has pasado madrugadas conmigo escuchándome, leyéndome o confesándome. Me has mostrado tus miedos solamente para demostrarme que comprendes los míos, incluso sabes lo que quiero decir cuando callo. Hasta conoces las mentiras que disfrazo en cada frase cuando bromeo y también sabes cuando tienes que tomarme en serio.
Las ocasiones en que me has visto llorar, me preguntas cómo son las sensaciones en el estómago, cuando alguien que no me conoce solamente se limitaría a preguntar el porqué de las lágrimas. Yo también te he visto llorar y esconderte y es ahí cuando me doy cuenta de que en eso me parezco mucho a ti. Sabes esperar pacientemente y hasta me regalas una sonrisa cuando no tiene sentido aparentar que todo está bien, sobre todo cuando se apodera de mí la loca idea de alejarme de ti.
Por momentos, hasta me enfurece que sepas ver a través de mí, pero sé que no necesito huír, ni correr, ni escorderme de ti.
TE ADVERTÍ que podía pasar, yo solamente quería salvarte de mí.
[Todos tenemos un amigo, un mejor amigo. Hace un par de meses escribí esto por él y para él.]

lunes, enero 28

Sueños para llevar

Tanto tú.
Hay personas que por el simple hecho de existir, no queda otra más que amarles. Como el, que al no saber lo perfecto que era, la hacía aún más hermoso. Aquí voy de nuevo, haciendo como que no, cuando en realidad es más que un sí. Un día cualquiera, quizá era martes o quizá fue un jueves, no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo son los aplausos que te di por entrar en mi vida. Claro, eso tú no lo sabes, pero entraste. Enciendo un cigarrillo, más que por vicio por ansiedad. Ansiedad de verte, de escucharte, de unir todos y cada uno de tus lunares con mi lengua. Ansiedad de tus manos con las mías, de tu cuello sobre mi cuerpo, del qué seremos y del qué pasará. Ansiedad de ti, siempre de ti. Soy tan tuyo como los minutos del tiempo, la arena del mar y la duda de lo incierto. Eres tan mío que al amor lo nombro después de ti. Eres mi espejo.
dos—Hola —.me dijo. Y fue entonces que supe con quien quería aprovechar mis noches y mis almohadas. Lo maravilloso que puede llegar a ser un simple «hola»,  te destruye o te construye y, para mala suerte de muchos, las dos. Me aventuro por mí y por ti. Me aventuro por los dos. Tengo miedo de que te des cuenta de lo hermoso que eres y entonces no voltees nunca más a mí. Aquí hay espacio para dos, tres y hasta cinco, tomando en cuenta nuestros miedos y traumas, pero algo sí te prometo, juro pelear contra todos los monstruos que guardas por debajo de la cama.
Me gusta pensar que cuando te pienso me piensas. También me gusta que te guste lo mucho que me gustas, así cómo también,  me gustas por ser imperfectamente perfecto para mí. Quiero visitar todas las ciudades del mundo, pero todas las encuentro en tus piernas. Quiero componerte cientos de canciones, pero las mejores canciones siempre son mis silencios. Quiero quererte y que me quieras como quiero y, entonces, querernos como nunca nadie nos ha querido. Tu sonrisa es un buen lugar para vivir. Tu boca es un buen lugar para caer. Tu cuerpo es un buen lugar para aterrizar. Firme. De golpe y sin regreso. No te estaba buscando, pero te encontré. Dejarte ir sería el peor de los pecados. Contigo he visitado ese cielo que prometen muchos, he parado el tiempo con una sola sonrisa, he sentido lo que hace tiempo no sentía. Quédate conmigo, yo me quedé contigo desde antes de conocerte. Quédate conmigo, aquí en mi futuro. Quédate cómo quieras, pero quédate. Y si te vas, llévame contigo, a donde sea, con quien sea, pero contigo.
Hay personas que cuando hablan dan ganas de cerrar los ojos para escucharles por siempre. Hay personas que cuando sonríen dan ganas de tomarles la mano y hacerles un futuro y, claro también, hay personas que por el simple hecho de existir, no queda otra más que amarles. Tú eres esa y todas las personas.

lunes, enero 21

Sueños para llevar


Hacer que suceda


Abrir el cajón, vaciar el cajón, limpiar el cajón, volver a empezar.
 Otro año de levantarme descalzo y sentir la duela fría, de bajar a no desayunar y subir mis expectativas. Otro año de ver el reloj y recordar que lo adelanté diez minutos para que no sirva de nada, de no saber combinar mi ropa y salir faltándome todo menos los audífonos y la canción al azar que siempre resulta ser perfecta. Otro año de sonreír porque es lo que me sale mejor, de sorprenderme porque las nubes ya nunca tienen forma pero así me gustan más, de perder cosas en los viajes largos, de escribir para calmar demonios, de dormir pensando en nadie.
Pero para variar, podría no levantarme descalzo, desayunar algo, salir a tiempo de casa y escucharme cantar una melodía que me recuerde a ti. Podría inventarle formas a las nubes, para que no las encuentres y mejor me abraces fuerte y me dé por sonreír. Podría leerte, escribirte,  dormir contigo y soñar en ti.
Sí, que este año sea de riesgos. O sea de amor, o sea de entrega, o sea de ti. Que me hagan reír tus peores chistes, que alivies mis pies fríos con palabras queditas, que me den ganas de cocinar y resulte lamentable y te burles de mí con un beso en la frente,  que la cama no alcance y nos bajemos a la alfombra y nos subamos al sillón, que le tome fotos a todas tus caras graciosas, o de indiferencia, o de placer, que me aprenda de memoria tus anécdotas y te pida que me las vuelvas a contar, que me digas “esto no lo sabe nadie” y yo guarde el secreto donde va lo que no se olvida. Que me tomes de la mano y a mí se me olvide el nombre, la fecha, o el suéter por si llueve. Que confíes en mí como yo confío en ti, porque estando juntos nos da por pensar que somos lo mejor nos hemos permitido que suceda, y al no tenernos, sabemos que no hay mejor futuro inmediato que volver a escucharnos reír.
Que me quieras, que te cuide, pero sobretodo que dure.
Si no en el tiempo, sí en los recuerdos; en el palpitar peculiar de los corazones cuando volvamos a algún lugar, en el nudo en la garganta que no querremos deshacer al escuchar una canción, en las madrugadas primeras de cada mes que te recuerden que algún día me llevaste a casa y no había luna, en los cuentos que nunca fuimos y las decisiones que no hacen arrepentir. Y en los momentos eternos que eran un minuto, porque la noción se perdía, el presente se abrazaba y nosotros sólo queríamos seguir besándonos con la luz apagada.

martes, enero 15

Sueños para llevar

Ene O

Me gusta soltarme el cabello para pensar en ti. Acostarme en la alfombra, sentirme descalzo, quererme expandir. Inventarme películas en el techo, inventarme que estás aquí. Querer que todo lo llene este sentimiento, que a todo lo que soy le llegues tú. Querer que tengas voz para arrullar a mis instintos, tiempo para darle rienda suelta a lo inocente, tiempo para darte cuenta que no debiste partir.

Yo no partí, no lo hice. Me quedé aquí, cerquita de la casualidad. Me quedé con todo y sin ti. Me quedé, y fue por eso que aprendí a ver. A veces las personas están demasiado cerca como para darse cuenta del todo. Y pasan desapercibidos. Y se extrañan, y se suspiran. Uno no puede ser eterno así porque sí, es demasiado como para no compartirlo con alguien, y si ese alguien se va de nada sirve ser eterno. Por eso te insistía que te quedaras. Por eso nos insistí.

Pero es que a veces el que insiste se hace esclavo de lo inútil, olvida rediseñarse, valerse de lo distinto para atraer un nuevo final. Tal vez ese fue el error, quise atraer un final cuando yo lo que buscaba era un continuo. Un continuo de tu risa, de tu piel, de ese camino de siempre en el parque. Un mañana que llegara con lo que ya se espera y aún así termine por sorprender. Por eso no insistí, acepté sin protestar que debía extrañarte y jamás me di a la tarea de salirte a buscar. Tal vez te encuentras al otro lado de la calle y yo sigo queriendo que me abrume la nostalgia, que se me oxide el para siempre con la saliva que ya no te moja las ganas, ni los labios, ni el corazón.

El que insiste es porque se sabe feliz con la otra persona y no es arrogancia, es compartirse las ganas. El que insiste se rediseña, cambia la táctica y se vuelve la táctica, no deja de querer con el mismo corazón enamorado. El que insiste ve en lo inútil una historia sin fin. Te soy continuo. Nunca pisé una grieta en forma de adiós, nunca. Y no lo voy a hacer, es lo bueno de seguir creyendo en la simpleza de las acciones. Lo que no sé, es si seguimos en el mismo hubiera, si seguimos en el tuyo. Porque yo intenté no dejar ninguno. Así soy, los hubieras no me gustan, por eso el amor es espontáneo, como un rayo, diría Cortázar. Si no saliste a buscarme tuviste tus razones, razones que se amarraron a tus pies. A lo mejor ya te las quitaste y quieres caminar, pero ahora no sé dónde me encuentro. Uno siempre anda moviéndose ¿sabes? Uno nunca deja de volar.

Me está ganando terreno lo fatal, lo incierto, lo de todos los días desde que no estás. La vida es ahora o demasiado tarde, y a mí el ahora se me está escurriendo entre el recuerdo. Ya ni compartimos el hubiera, ya ni sé de qué va. Sigo aquí, con el cabello suelto, descalzo, queriéndome expandir. Sigo sin una estrategia factible para el amor, esperando que me dé por convencerme que la intención lo es todo y que si este sentimiento es tanto como lo presumen mis letras, ya debería estar allá afuera, preguntando por ti.



Hoy salí por fin, temeroso de encontrarte volando con las mismas alas pero estrenando nubes; qué posibilidad tan jodida imaginarte más lejos de lo que ya te presuponía, qué lío y qué cuento tan digno de mi cabeza. Qué alivio saber que no fue así. Sentado de la misma manera en que te recordaba, estabas tú, mi coincidencia favorita. Le sonreías a tu taza de café como sabiendo que llegaría, le coqueteabas a la silla vacía como invitándome a pasar. Eras tú con tu cara de ya era hora, tus manos ansiosas, tus ojos tarareando, tu corazón enamorado. Eras tú ese NO rotundo de mis tardes en la alfombra, eras tú mi Nueva Oportunidad.

viernes, enero 11

Punto positivo

Pitágoras tiene la respuesta

Imagina que tú y tu familia están dentro de una casa. Esta casa tiene cuatro ventanas, cada una dirigida hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales. Cuando algún miembro de la familia se asoma por alguna de estas ventanas percibe el mundo de manera única, completamente diferente a la de los demás. Ninguna de estas percepciones está bien o mal, sólo refleja una realidad. En la noche, todos se reúnen alrededor de la mesa para compartir lo que vieron, lo que sintieron y lo que pensaron de lo experimentado.

Como la percepción de cada quien forma una realidad, inevitablemente, en el transcurso de la conversación, cada cual expondrá su visión con el convencimiento absoluto de que habla sobre la verdad: su verdad. Por lo tanto, surgirán puntos de vista diferentes, discusiones que tendrán grandes probabilidades de derivar en conflictos y, quizás, en rupturas.

Así somos los seres humanos. Para el ego, nuestra opinión, nuestras creencias o ideas son posesiones mentales tan valiosas como las materiales. Y aceptar que no tenemos razón es como si alguien nos despojara de algo imprescindible para la supervivencia. Por lo que estamos dispuestos a defenderlas como fieras.

Nietzsche afirma que es más probable que una persona creyente mate a otra, a que lo haga una no creyente. El creernos únicos dueños de la verdad nos deshumaniza. El caso es que en la vida siempre hay personas que ven el mundo desde otra ventana, es una constante que, cuando no sabemos aceptarla, amenaza cualquier tipo de relación, ya sea que se trate de la relación entre padre e hijo, hermanos, amigos o compañeros de trabajo. Al respecto, una buena pregunta que hacernos es: ¿quiero tener la razón o ser feliz?

Como nuestra felicidad depende del estado de nuestras relaciones, comparto contigo, uno de los preceptos de la filosofía de Pitágoras, el filósofo y matemático griego del siglo V, según el cual, la realidad de todo lo existente es de naturaleza matemática.

Veamos: el universo se rige por un orden y una armonía. Esta relación regula todo el universo. Es así que lo que existe en el espacio, físicamente hablando, son puntos, líneas, superficies o cuerpos. Lo anterior tiene un valor matemático. Si al punto le añado un número, es un uno; si añado dos puntos es una raya; tres puntos forman un triángulo, por ende una superficie. Si a esta superficie le agrego un cuarto punto, se forma una cúspide, una figura sólida, un cuerpo. En fin, todo lo que conforma el universo es la suma de uno más dos, más tres y más cuatro.

Sin embargo, Pitágoras afirmaba que también en lo anímico, hay otras cosas que esencialmente tienen un valor numérico: el número uno, es el de la razón, porque sólo puedo tenerla cuando estoy solo. La razón le compete a la soledad. Mientras estoy solo, tengo la razón. El número dos es el número de la opinión, pues cuando ya hay otro, no puedo ser dueño absoluto de la razón. Lo cual quiere decir que en una relación humana son mi razón y tu razón las que hacen que surja la opinión. Si respetamos mi opinión y tu opinión, tendremos como resultado la justicia.

La justicia se representa por el número cuatro. Y cuando a través del respeto la relación se da en equidad entre mi justicia y tu justicia, surge el número ocho: el amor.

En suma, el amor en cualquier tipo de relación, se da, se basa y sólo puede crecer con el respeto y la justicia recíproca.

Sabiendo esto, vemos lo estéril e inútil que es caer en discusiones que deterioran cualquier tipo de relación. ¿Cuántas negociaciones se truncan por no asomarse a la vista que percibe el otro desde su ventana? ¿Cuántas guerras entre países se producen por no respetar y comprender que cada uno tiene su propia visión del mundo?

Sí, Pitágoras tiene la respuesta…