lunes, enero 28

Sueños para llevar

Tanto tú.
Hay personas que por el simple hecho de existir, no queda otra más que amarles. Como el, que al no saber lo perfecto que era, la hacía aún más hermoso. Aquí voy de nuevo, haciendo como que no, cuando en realidad es más que un sí. Un día cualquiera, quizá era martes o quizá fue un jueves, no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo son los aplausos que te di por entrar en mi vida. Claro, eso tú no lo sabes, pero entraste. Enciendo un cigarrillo, más que por vicio por ansiedad. Ansiedad de verte, de escucharte, de unir todos y cada uno de tus lunares con mi lengua. Ansiedad de tus manos con las mías, de tu cuello sobre mi cuerpo, del qué seremos y del qué pasará. Ansiedad de ti, siempre de ti. Soy tan tuyo como los minutos del tiempo, la arena del mar y la duda de lo incierto. Eres tan mío que al amor lo nombro después de ti. Eres mi espejo.
dos—Hola —.me dijo. Y fue entonces que supe con quien quería aprovechar mis noches y mis almohadas. Lo maravilloso que puede llegar a ser un simple «hola»,  te destruye o te construye y, para mala suerte de muchos, las dos. Me aventuro por mí y por ti. Me aventuro por los dos. Tengo miedo de que te des cuenta de lo hermoso que eres y entonces no voltees nunca más a mí. Aquí hay espacio para dos, tres y hasta cinco, tomando en cuenta nuestros miedos y traumas, pero algo sí te prometo, juro pelear contra todos los monstruos que guardas por debajo de la cama.
Me gusta pensar que cuando te pienso me piensas. También me gusta que te guste lo mucho que me gustas, así cómo también,  me gustas por ser imperfectamente perfecto para mí. Quiero visitar todas las ciudades del mundo, pero todas las encuentro en tus piernas. Quiero componerte cientos de canciones, pero las mejores canciones siempre son mis silencios. Quiero quererte y que me quieras como quiero y, entonces, querernos como nunca nadie nos ha querido. Tu sonrisa es un buen lugar para vivir. Tu boca es un buen lugar para caer. Tu cuerpo es un buen lugar para aterrizar. Firme. De golpe y sin regreso. No te estaba buscando, pero te encontré. Dejarte ir sería el peor de los pecados. Contigo he visitado ese cielo que prometen muchos, he parado el tiempo con una sola sonrisa, he sentido lo que hace tiempo no sentía. Quédate conmigo, yo me quedé contigo desde antes de conocerte. Quédate conmigo, aquí en mi futuro. Quédate cómo quieras, pero quédate. Y si te vas, llévame contigo, a donde sea, con quien sea, pero contigo.
Hay personas que cuando hablan dan ganas de cerrar los ojos para escucharles por siempre. Hay personas que cuando sonríen dan ganas de tomarles la mano y hacerles un futuro y, claro también, hay personas que por el simple hecho de existir, no queda otra más que amarles. Tú eres esa y todas las personas.

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