Te regalo.
A ti te regalo eso que nunca pensé regalar.
Las calles dejan de ser anchas y angostas; las calles son arena; la arena son mis ilusiones. Cuenta la historia que un corazón lastimado, lleno de cicatrices, comenzó a escribirle. ¿Cómo se detiene el ímpetu de unas letras finas con un sentido rebuscado? Que ironía, no intentes si quiera detenerlas; ellas se rigen por si solas, como mis manos tercas por acariciar tu pelo.
Puedo olerte, tocarte, casi embriagarme de tu cariño. Reconozco tu sombra, tu nariz, tus labios y esos latidos que aturden a mis oídos. Te canto ésta, aquella y la nuestra…tú solo sonríes.
Cúlpame por ser romántico, ingenuo, orgulloso o quizá un poco aventurero; pero cúlpame de una vez, que mi enemigo el tiempo ha cargado sus maletas. Solía escribir, me acostumbré a dejar de hacerlo y ahora, más que un vicio es de mí.
No pretendo que lo comprendas. ¿Sabes?, las letras se pueden respirar.
No soy mago, pero cicatrices ya no tendrás. Mi mano se extiende como queriendo alcanzar esas nubes que prometes con tus besos. Anda, ven y sujétala. No permitas que se apague.
He regalado mis memorias a mis padres. He otorgado mis lágrimas a ese amor que se hizo llamar amor. Les di mil cuatrocientos cincuenta y ocho abrazos a mis amigos durante veinte años; robé misterios, ofrecí mundos creados solo para ellos. Pero mi corazón, este músculo que danza al compás de tu mirada, mi corazón…
… Y a ti te regalo eso que nunca pensé regalar.
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