jueves, octubre 27

Kontroverzia

El puto, el joto, el maricón y la loca.

En la actualidad en nuestro país, se asocia la homosexualidad masculina con la feminidad, el hombre-homosexual aparece en el imaginario social como un hombre femenino, desde su apariencia hasta su forma de pensar. No solamente por la dominación cultural patriarcal machista, sino también por la influencia de los estudios funcionalistas médicos-psiquiátricos desde 1870 y sus conceptos sobre urning* e invertido. En el que se pensaba que la orientación sexual y la identidad de género eran una sola, por ello las personas homosexuales, sobre todo varones, se encontraban en una situación de inversión sexual. Sin embargo, uno de los propósitos de este artículo es explicitar la diferencia entre la identidad de género y su expresión social, y la orientación e identidad sexual de cada persona, así como sus preferencias.

El hecho de que en el imaginario social sobre las personas gays y homosexuales en México, se asocie con la feminidad, no significa que en dichas identidades no exista una variabilidad y diversidad de características y manifestaciones políticas. Mejor aún, es importante mencionar que los matices y las variantes que cada grupo homosexual manifiesta, (por lo menos en lo que respecta en la ciudad de México), son múltiples y diversas, sobre todo porque las expresiones del género pueden ser masculinas, femeninas o ambiguas. Sin embargo, se dá por entendido que una persona homosexual, sobre todo en el caso de los varones, se asume que debe mostrar expresiones de conductas femeninas desde su apariencia.

Es por ello que en nuestra sociedad mexicana, los grupos de hombres homosexuales femeninos al igual que las mujeres, padecen de un estado de vulnerabilidad y persecución constante. Los infantes, púberes, adolescentes, jóvenes, maduros y de tercera edad femeninos, viven en una constante vejación y violencia social, en que incluso se piensa que un hombre femenino no tiene el mismo valor social, de género y como persona que un hombre tradicionalmente masculino. Esto se reproduce en los estereotipos de género que un hombre femenino no aparece bajo la categoría de hombre frente en la sociedad, y es doblemente estigmatizado por su expresión de conducta de género, en la que además se sigue reproduciendo que la femenino es algo vergonzoso y humillante socialmente, y que el hecho de que dos hombres mantengan contacto erótico afectivo, denigra la condición social del género masculino ante la sociedad.

Los hombres femeninos, no son siempre hombres disidentes a la orientación sexual heterosexual, la orientación sexual así como la identidad, se construyen socialmente en un proceso de deconstrucción de sus propias estructuras adquiridas en la familia primaria. La orientación sexual al igual que la expresión de género puede coincidir, pero eso no supone que siempre suceda como una norma obligatoria, es decir, que para ser un hombre homosexual deba expresar conductas femeninas.

La persecución hacia los hombres femeninos se continúa reproduciendo aún en los propios espacios de la diversidad sexual, en el que los hombres homosexuales “masculino” repudian a los hombres femeninos por su condición y relación con la mujer. De acuerdo con un estudio realizado en la ciudad de México, por estudiantes de psicología social de la UAM-X, afirman que los hombres homosexuales tradicionalmente varoniles, rechazan contacto alguno con los hombres que manifiestan alguna característica o relación con lo femenino, esto debido a que su forma de entablar relaciones erótico afectivas con hombres femeninos, atenta contra la posibilidad de existir como varones en la sociedad aún cuando su condición de orientación sexual sea homosexual. 

Al interior de los grupos de homosexuales, se continúan reproduciendo los mecanismos patrilineales de exclusión social, la misógina interiorizada por las personas homosexuales se reproduce a través de la violencia verbal, explícita, física, psicológica y de censura. La idea del contagio social de lo femenino, sigue vigente en el inconsciente de los varones totalmente viriles y homosexuales.

Las palabras que forman parte del insulto tradicional machista como puto, joto, maricón y loca, se resignifican al interior de los grupos homosexuales con una connotación ambigua, de insulto o de dignificación de la identidad, depende del contexto y la intensionalidad con la que se enuncian las palabras. Sin embargo, se utiliza también constantemente para designar que alguien manifiesta conductas asociadas con lo femenino.

Éste último adjetivo calificativo peyorativo de “loca”, evidencia la relación entre el lenguaje del insulto misógino y los procesos de exclusión y violencia. El término loco está asociado en el imaginario social con lo anormal, lo incoherente, lo fuera de lo común y por lo tanto excluido, mientras que la terminación gramatical con la sílaba “a”, agrega su asociación con lo femenino. De este modo se conforma una palabra de insulto y mofa que en el lenguaje coloquial del mexicano sobre todo entre varones, es una forma de evidenciar al otro como raro y femenino. 

Si cada vez más hombres femeninos y no femeninos, atravesaran por un proceso de deconstrucción de roles y patrones de conducta patrilineales, para sensibilizarnos y formarnos bajo nuevos y alternos esquemas no hegemónicos de masculinidad. Podríamos entablar mejores prácticas de interrelación entre personas de nuestro propio género e identidad sexo-política.

Atravesar por un proceso de sensibilización, concientización y de-construcción de falsos creencias y significaciones sociales estereotipadas del género. Traería consigo no sólo la formación de mejores mujeres y hombres ciudadanos, sino también de mejores y eficientes prácticas de comunicación entre los integrantes de distintas identidades colectivas LGBTyTTi.

Cada vez más hombres feminizados para contrarrestar un mundo misóginamente occidentalizado.

*urning - término acuñado en la década de 1860, que hace referencia a los hombres que desea a otro hombre, su autor Karl Heinrich Ulrichs, uno de los primeros activistas y estudiosos de las diversas orientaciones sexuales. Alemania 1825 - 1895.

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