viernes, junio 3

PuntO pOsitivO

Quítate las máscaras

Hoy les comentaré de las mascaras, porque todas las personas nos las ponemos para sentirnos aceptados y tenemos varias de ellas: la del trabajo, la de papá responsable, la de persona culta, la de los funerales, la de las fiestas y muchas más.

Todas son producto de nuestra cultura, de la etiqueta preestablecida y de nuestra propia red de defensa psicológica.

Las mascaras son útiles en el sentido que nos dan seguridad y por eso nos resistimos a quitárnoslas, aún cuando sabemos que sería lo mejor hacer. Protegidos por ellas podemos vivir en una permanente soledad emocional, llenos de secretos, de temor a ser descubiertos, condenados, juzgados, rechazados, lo que quizá no hemos descubierto es la sensación de libertad y de autenticidad interior que obtenemos si nos atrevemos a quitárnoslas. Los más bonito, lo mejor de quitarnos las mascaras es que logramos proyectar nuestro verdadero atractivo que es, el cómo somos en realidad y expresar nuestras emociones sin temor a ser juzgados.


Cuando revelamos ante los otros el verdadero yo se reduce la tensión que viene de querer parecer a alguien que nos somos, surge por ende: el carisma, y observa como a veces dejamos caerlas mascaras sin darnos cuenta, por ejemplo: cuando estamos frente a los niños, a la gente que trabaja con nosotros, o con alguien que tenemos una relación intima, también cuando estamos muy cansados o deprimidos o cuando alguien nos apasiona nos olvidamos de ella porque nos cuesta trabajo mantenerla puesta, observa las caras de las personas que están comprando en una tienda departamental en día de barata, de quien baila sintiendo la música, de un deportista en una competencia y de quien celebra un logro o sufre una perdida, entonces podrás ver caras verdaderas.

¿Por qué tenemos tanto miedo a mostrarnos? ¿A enseñarte como soy por dentro? Quizá porque si me vas conocer tengo que estar dispuesto a compartir contigo, mis miedos, mis enojos, mis envidas que parecen disminuirme como persona  y eso me aterra. Sin embargo si nos aislamos guardamos nuestros secretos y nuestras emociones algo se fermenta por dentro que con el tiempo se convierte en veneno y eventualmente nos mata. Me gusta mucho la frase del poeta John Berryman quien saltó a su muerte desde un puente y dejo escrito lo siguiente: “nos enfermamos tanto como nos reservamos”. ¡Qué razón!

Nos da miedo bajar la máscara por varias razones:

  • Miedo a la intimidad: Porque me da miedo mostrarte mi lado flaco, mi lado oscuro, por lo tanto evito comunicarme íntimamente.
  • Miedo a la fusión: Si comparto todo contigo después que va a quedar para mí, ¿podré estar solo?
  • Miedo separación: Porque no quiero acercarme mucho a ti, quizá después me dejes y eso me puede lastimar
  • Miedo al rechazo: Porque si de verdad me conoces sin inhibición quizás no te voy a gustar, así que te muestro mi salón de trofeos y cierro el de mis debilidades
  • Miedo a la responsabilidad: Si me acerco mucho a ti, no que tan dispuesto estoy al compromiso.

Así que con estos miedos disfrazamos uno de nuestros más fuertes y grandes atractivos, el encanto natural que viene de ser uno mismo, así que el secreto para lograr la aceptación de los demás paradójicamente esta en quitarnos las máscaras. Porque de esta manera asumo los riesgos y me muestro tal como soy, te invito a que por lo menos en el día de hoy comencemos a quitarnos las máscaras y así relacionarnos mejor.

vIDakUkÚ

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