lunes, abril 9

Sueños para llevar

Llévame ahí, donde la gente no se enamora.


Llévame ahí, donde la gente no se enamora, donde las nubes son sólo eso, donde tú y yo haremos lo que nadie hace con ellas. Las deshacemos, sin forma, sin ilusión.
Las saboreamos por pedacitos para escuchar cómo se rompen en cincuenta y tres momentos distintos que guardaremos para siempre.


Bájame de aquí, vamos ahora a correr hasta que nuestros deseos puedan más que las ganas de huir y los instintintos nos desnuden más rápido de lo que puedan tus manos. Lloremos este placer a carcajadas, fumémonos el cansancio de una tarde lluviosa, te contaré los lunares que ya me sé y tú tendrás tiempo de sobra para sellar con un nuevo beso el secreto de mis caderas.


Sucédeme entre insomnios cuando ya nada espere y parezca que todo se ha vivido, cuando pretenda que no sé disfrutar un silencio. Cuando más lejos me sienta de casa, del presente, de mí.


Colorea las montañas de posibilidades, para que lleguemos a la cima sin fatiga, sin temor, sin hubieras. Colorea las nostalgias, los sinfines que no deben ser, las esperas.


Acompáñame a errar, a reconocer nuestro aroma entre lo inédito, a regalarle preocupaciones al cielo sin que vuelvan a caer.


Acompáñame a tenerte, a hundirme en lo transparente de este amor que no va ni a la mitad. A seguir con paso firme la dirección de nuestros anhelos compartidos. Sólo porque cimbran, cuentan y nos hacen cantar.

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