viernes, abril 8

PuntO pOsitivO

"O instante como vales, ojalá duraras para siempre"

“En esta vida solo existen 2 tragedias, una es no obtener lo que deseamos y la otra es obtenerlo” esto lo escribió Oscar Wild, esta frase se torno algo contradictoria pero bien analizada nos indica que por más bienes que juntemos y metas que alcancemos en el fondo nos sentimos insatisfechos.

La satisfacción que requiere el alma parece no llegar junto con estos, Goethe escritor alemán nos cuenta esta permanente búsqueda del ser humano en su poema “Fausto” una obra que inicia a los 20 años, retoma a los 40 y la termina poco antes de morir a los 83, en este proceso él mismo refleja esos cambios interiores que sufrió en la búsqueda constante de encontrarle un sentido a la vida.

Fausto era un científico de mediana edad y de pronto se da cuenta que ha sido infeliz que ha sacrificado en vano la alegría de vivir en manos de la ciencia y un día piensa en lo terrible que sería morir sin haber encontrado nunca lo que es estar realmente vivo, así que decide hacer un pacto con el diablo, él le entregaría su alma al más allá a cambio de vivir por lo menos un instante en el que en verdad pudiera decir “O instante como vales ojalá duraras para siempre” de no ser así el diablo perdería la apuesta. Entonces pues Mefistófeles le concede la totalidad de los placeres, lo llena de riqueza, de mujeres, juventud, poder  capacidad de viajar a cualquier lugar, Fausto lo tiene todo sin embargo la sed que tiene por dentro no es saciada por más batallas que gana, por más mujeres que conquista, por más fortuna que acumula sigue infeliz, ese era su infierno.

Goethe en la última parte de la obra, ya con 82 años de edad, nos muestra un Fausto que junto cn el ha envejecido. Así que un día Fausto ya viejo subido en una colima observa como gracias a él se está construyendo diques para recuperar tierras del mar y de esta manera puedan trabajar y vivir muchas personas, en ese momento  pierde su gran apuesta y por primera vez pronuncia las palabras que jamás debió decir y exclamó “o instante como vales, ojalá duraras para siempre” antes de morir Fausto encuentra el regocijo de pensar que un día se puedan contemplar esas tierras llenas de vida y libertad. Pierde la apuesta con el diablo pero ganó sustancialmente su espíritu finalmente encontró la paz, hasta que fue capaz de traspasar las fronteras de sí mismo y hacer algo en beneficio de los demás.

           Lo triste es que este personaje encuentra sentido a su vida hasta la vejez, ¿Cuántos años desperdiciados? ¿Cuántas veces en ese afán de alcanzar éxito económico, medir nuestra propia capacidad, concentrarnos en ser reconocidos nos sucede lo mismo? Equivocadamente invertimos tiempo, dinero y esfuerzo en nuestra persona ya sea para superarnos, para ser mejores, tener un buen nivel de vida creyendo que ese es el camino hacia la felicidad, la sociedad nos gratifica y celebra nuestros logros, nos ciegan las palabras de elogio que escuchamos y nuestro ego se incha de orgullo y casi nos creemos felices sin embargo en el fondo falta algo, al final del día cuando estamos solos sabemos que hemos dejado lo importante de lado, no nos damos cuenta que ese vacio que sentimos y que intentamos llenar por todos lados, lo tenemos enfrente de nosotros y es el otro.

Solo a través de alguien distinto de mí que visto con amor, entrega, interés por su bienestar y superación podemos encontrar sentido a nuestras vidas, bien dice el dicho “la felicidad es una puerta que se abre hacia afuera”, si lo reconocemos en Fausto ojalá sirva este maravilloso poema de Goethe para que antes de llegar a la vejes podamos decir tu y yo con alegría “o instante como vales, ojalá duraras para siempre”

vIDa kUkU

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