A LA SOMBRA DEL ARBOL…
Puedo caer a la sombra del árbol.
Como las hojas naranjas descanso
del vértigo cuando te admiro,
voluptuoso es el castigo que lacera
la corteza de mis manos
en cada palabra que escribo en la tierra,
así, mis dedos son ramas secas
que sostienen las ideas que el viento
arrancara carentes de una gota de vida
que en tu sonrisa el cielo puede hallar.
En la hojarasca sepultare los deseos
a desavenencia de mi amor párvulo
que ingiere de tu ser el limbo de neón.
Taciturno la brisa fría congela tu imagen
en mis ojos.
Ahí reposas mi estela lejana.
Distanciada las caricias llevan hambre
y masoquistas, disfrazadas, tocan tu piel
de manzana y, flacas de tantas ausencias
han pensado en una tregua han pensado
cambiar de tierra.
Te abandonare aunque duela
como cada noche que te ame
te borrare hasta la ausencia
de un nuevo amanecer
para que no vuelvas nacer en mi existencia
y ya matizada tu silueta
de polvo y telarañas te extrañare.
Gandhi Hernán
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