viernes, mayo 13

PuntO pOsitivo

Bailar


Baila como si nadie te viera. Canta como sin nadie te escuchara. Ama como si nunca te hubieran herido y vive como si el cielo fuera la tierra.
Mark Twain

¿Alguna vez te ha pasado que al escuchar samba, cumbia, vals o a los Black Eyed Peas sientes que los tambores, los violines, la batería o el bit se apoderan de ti por completo? ¿Como si los pies, la cadera, la cabeza se independizaran para obedecer a sus nuevos amos? Y cuando esto sucede, ¿sólo te queda rendirte y entrar en una especie de trance gozoso que te hace sentir libre, olvidarte de ti, del qué dirán o de las miradas de otros?

Entonces estarás de acuerdo con que bailar es una experiencia casi mística. Deslizarte al bailar enlazado con la pareja que amas, es una manera de sentir que fluyes con la vida.

A pesar de lo anterior, se necesita valor para bailar y con mayor razón si bailas separado, porque bailar es una de las expresiones físicas que más consciente de ti mismo te hacen sentir. De hecho la vulnerabilidad es de cuerpo completo. Desnudarte en público es quizá lo único que puede hacerte sentir más expuesto que bailar en frente de otras personas.

Para muchas personas es muy difícil arriesgarse a ese grado de vulnerabilidad, por lo que prefieren bailar en la intimidad de su casa y sólo frente a amigos o a familia, o de plano no bailar. "A mi esposo no lo haces bailar ni a patadas", me comentó una amiga en una boda.

Es cierto que hay personas con más ritmo que otras, o bien que tienen mejor coordinación; sin embargo, si observamos, no hay niño que se resista a moverse al escuchar una canción; los niños incluso bailan desnudos frente al espejo del baño o mientras les intentas poner la pijama. El baile está en nuestra naturaleza, si bien no todos lo hacen rítmica o graciosamente, sí con gran gozo y diversión… hasta que se topan con alguien que los hace conscientes de cómo se ven o qué dirán, con lo cual se intimidan y cancelan esa posibilidad de por vida.
Las personas dejan de bailar debido a la pena y las ideas preconcebidas que alguien les mete en la cabeza desde chicas, como "tú no tienes ritmo", "te ves ridículo". Lo cierto es que quien no baila, se pierde uno de los más grandes placeres de la vida.

Bailar, cantar o reír, no sólo nos hace bien, son dosis de felicidad, son formas de celebrar. Y sólo pensar en una vida sin cantar, bailar o reír sería una pesadilla; también es fácil dar por hecho esas experiencias, sin apreciarlas del todo o sin procurarlas.

¿Por qué es importante bailar?

Desde tiempos remotos, como seres humanos, hemos usado a la danza para expresar aspectos profundos de la vida, como la relación con los astros, con la tierra, con el reino animal y vegetal y con lo más importante, el reino de lo Divino.

Al bailar exorcizamos cualquier emoción negativa como la tristeza, el desamor, la soledad, la frustración o el duelo; y al mismo tiempo, como con las danzas tribales, llamamos al amor, al gozo, a la alegría y al éxtasis. Además, bailar te mantiene joven, te relaja, eleva tus endorfinas y te pone de buen humor.

Si al bailar te sientes vulnerable, recuerda que no estás solo. Baila cada vez que puedas, aunque sea en la sala de tu casa.
El arte de vivir no sólo supone digerir lo desagradable, sino disfrutar lo agradable.

Así que si un día te sientes particularmente desanimado, pon música y baila por toda tu casa. Les dará un buen motivo a tus hijos –si tienes– para divertirse también.

vIDa kUkÚ

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